Año nuevo, vida nueva, y a pesar de ser un cliché, son 365 oportunidades para ti, para tus metas, y para diferenciar lo que tú quieres hacer en este pequeño pedazo de mundo ¡que es tuyo!
Pasamos la última semana del año haciendo balance del año que está a punto de acabar. Pensamos en lo que nos salió bien y nos hizo felices, y en aquello que teníamos programado y no conseguimos cumplir. Pensamos también en lo que podemos hacer en el nuevo año: lo que vamos a cambiar, de qué forma vamos a ser mejores en nuestra profesión y en nuestra vida personal, los objetivos físicos y respecto a salud, y los viajes que vamos a hacer. Se crean mil planes, unos más accesibles que otros, pero todos basados en el deseo de ser diferentes, de pensar diferente, y de hacer diferente.
Cuando nos damos cuenta estamos en esos últimos minutos antes de llegar a media noche, y fueron tantos los planes que hemos creado en nuestra cabeza, que es el momento de elegir algunos para que el nuevo año valga la pena y que sea un año mágico, que lo recordemos siempre. Llega la media noche y parece que el reloj empieza a contar de cero, como si fuese un juego. Nos sentimos dueños del universo y estamos listos para alcanzar todas las metas que nos propusimos.
O, por lo menos, es así cómo vivimos esa noche, siempre a lo grande y creyendo en los 12 deseos que pedimos, y dónde subirse encima de una silla con el pie derecho, vestir la prenda de ropa interior azul y brindar con champán o cava, no puede faltar.
Entre las dietas, las metas personales y profesionales, hay de todo – es sólo dar rienda suelta a la imaginación.
Nos despertamos en el primer día del año y sentimos una mezcla de emociones, que varían entre la excitación de tener una nueva oportunidad, y la ansiedad de haber creado un compromiso con nosotros mismos. Nos sentimos en deuda con nosotros mismos, hacemos mentalmente planes para llegar desde el punto en el que estamos al punto dónde queremos llegar, y nos sentimos mal cuando empezamos a quedarnos cortos. Comenzamos a ser creyentes de la llamada procrastinación, que insiste en quedar en el medio, entre lo planeado y lo obtenido, y buscar mil disculpas.
Esta “palabrilla”, que fácilmente se junta a la pereza, es la causante de todas nuestras acciones no realizadas y metas no logradas, dónde la culpa es siempre de alguna cosa, o de alguien, menos de nosotros mismos.
Casi como si solo el primer día de cualquier cosa, pudiésemos poner en práctica los cambios que queremos aplicar a nuestra vida. Y aquí es donde empieza a volverse ridículo, porque si fuésemos a contar el primer día del año, más el primer día de cada mes, más todos los lunes, en que algunos hasta chocan simultáneamente con los otros factores de suma, contamos apenas con 62 días para empezar todas nuestras metas para 2021. Y los 303 días del año, ¿qué hacemos con ellos?
Todo.
¿Puede ser esa la respuesta? ¡Por mí, sí! Podemos hacer TODO. Son días con las mismas horas, que podrán darnos las mismas oportunidades, y principalmente, dónde podremos crear esas mismas oportunidades.
El tal “SOMOS DIFERENTES, PENSAMOS DIFERENTE, HACEMOS DIFERENTE” que tanto hablamos.
Ahora es el momento ideal - ¡siempre lo será! Y ¿por qué? Porque el segundo anterior a éste, ya pasó, y el que viene en el futuro, nadie sabe cómo será a no ser tu mismo, si tomas conciencia y control de tu vida y de las metas que quieres alcanzar.
Año nuevo, vida nueva, y a pesar de ser un cliché, son 365 oportunidades para ti, para tus metas, y para diferenciar lo que tú quieres hacer en este pequeño pedazo de mundo ¡que es tuyo! ¿Estás preparado/a?
Inês Craveiro
Hub Director - HUB Oeiras