Tener la casa siempre lista para recibir visitas no es tan complicado. Descubre en este artículo cómo puedes conseguir una casa impecable en 10 pasos.
Seamos sinceros: nadie tiene paciencia para estar siempre limpiando o recogiendo la casa, pero a todos nos gusta llegar a casa después de un día de trabajo y tenerlo todo organizado. ¿Cómo se consigue tener siempre la casa impecable sin destinar mucho tiempo durante la semana? Te aseguramos que es más fácil de lo que parece: es todo una cuestión de hábitos y rutinas.
Seguramente que ya te ha pasado, hacer una visita de última hora a casa de un amigo o familiar y encontrarte todo en su debido lugar. Lo que hacen estas personas no es secreto, simplemente adoptaron una serie de tareas que, realizadas diariamente en unos treinta minutos, son suficiente para que todo esté listo para recibir cualquier visita.
¿Te gustaría ser una de estas personas? En este artículo reunimos 10 hábitos simples y prácticos para ayudarte a tener tu casa siempre en orden.
En tu rutina de mañana empieza a incluir la tarea de hacer la cama. Deja la cama ventilando mientras haces otras tareas y hazla justo antes de salir de casa.
Es una acción simple, pero que marcará la diferencia puesto que ayuda a dar la impresión de que la habitación está más organizada.
Aaaah, ¡la sensación tan maravillosa de llegar a casa, quitarte los zapatos y ponerte algo cómodo y calentito! Tus pies lo agradecerán y además de eso es un hábito higiénico que te ayudará a mantener el suelo más limpio.
Puedes dejar los zapatos del lado de fuera o crear una zona para guardarlos en la entrada de casa. Deja ahí tus zapatillas preparadas para cambiarte, así no tendrás margen para las disculpas.
Los platos son una tarea sin fin: haces la cena, ensucias los platos; acabas de cenar, ¡tienes aún más cosas para fregar! Hay a quienes no les aborrece mucho realizar esta tarea, pero si es de esas personas que detesta lavar los platos tendrás que obligarte a hacerlo después de la comida. La regla es simple: ensucio, limpio.
La acumulación de platos sucios da un aspecto de una cocina dejada y desordenada. Por eso, por más que te cueste, haz este esfuerzo, ¡verás como vale la pena!
Los días más calurosos, abre las ventanas de casa desde por la mañana y hasta el final del día para refrescar la casa. Los días más fríos, opta por hacerlo por la mañana mientras haces tu rutina habitual y ciérralas antes de salir de casa.
Este hábito es esencial para renovar el aire dentro de casa y para ayudarlo a eliminar olores que acaban por quedarse siempre: los olores de la comida, la mezcla de perfumes, etc.
Sabemos que la ropa es una tarea que exige varias etapas y que da cierto trabajo, pero una de las formas de asegurarse de que no cuesta tanto tener la ropa en orden es definir los días para cada función: un día para poner lavadoras y tenderla, otro día para doblar y guardar, y otro para planchar.
Diariamente debes asegurarte de que no dejas ropa tirada por la casa ni tienes una de esas sillas peligrosas en tu habitación. Al final del día, cuando te quites la ropa para poner el pijama, dale un destino a la ropa que te quitas.
Esto no cuesta nada, organízate para no acumular basura en casa principalmente basura orgánica para evitar malos olores o insectos.
La cocina es tal vez uno de los locales que más atención requiere, ya que se usa diariamente y se ensucia muy fácilmente. Intenta crear el hábito de barrer el suelo todos los días.
Ten siempre a mano un cubo y una fregona, y a mitad de semana realiza el mantenimiento de la limpieza del suelo antes de ir a dormir.
¿Acabas de ducharte? Asegúrate de dejar limpia la bañera, el suelo seco y la ropa en el cesto para lavar.
Mantén el wc siempre debidamente higienizado, las toallas colgadas y el lavabo siempre limpio sin residuos de pasta de dientes o cabellos. No acumules productos sobre el mueble puesto que ganan polvo fácilmente, pueden dar aspecto de desorganizado y dificultan el mantenimiento de la limpieza.
Destinar un lugar para cada objeto es medio camino hecho para tener la casa siempre en orden. Asegúrate de que tienes un sitio para colocar las llaves siempre que llegas a casa, otro para los zapatos y otro para dejar el bolso.
Además de ayudarte a mantener todo más organizado, será más fácil no olvidarte o perder cosas.
Para acabar echa un vistazo a todo el entorno siempre que salgas de cada espacio. Si estás en el salón viendo una película con una manta y un picoteo, cuando dejes el salón dobla la manta y lleva la comida sobrante o la basura a sus debidos lugares.
Empieza a incorporar este hábito a tu rutina, antes de salir de casa o de cada división asegúrate de que nada está fuera de su sitio.
La regla es simple: organizar siempre lo que has desorganizado, limpiar siempre lo que has ensuciado. Si cumples con esto todos los días ¡será mucho más fácil tener una casa siempre limpia y recogida!
Sin embargo, los primeros días que intentes implementar estas tareas en tu día a día, no te preocupes si fallas alguna que otra vez. Recuerda que un hábito es algo que necesita consistencia para ser construido hasta que pueda realizarse de forma automática sin necesidad de pensar en eso. Este proceso de automatización lleva tiempo, pero valdrá mucho la pena y lo valorarás cuando estés tranquilo apreciando la sensación de una casa organizada.
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Catarina Pinheiro
Content & Social Media Manager Zome